Módulo II. Cep Cuevas-Olula

El cambio climático en el planeta es ya una realidad que tod@s vamos conociendo a través de informativos y de artículos leídos pero que en este fin de semana nos hemos acordado mucho más de lo que supondrá en un futuro, también es verdad. Encerrados en nuestras casas el sábado desde que anocheció por fuertes vientos o viendo cualquiera de los informativos que se ofrecían en esos momentos resultaba imposible no pensar en qué pasará dentro de unos años de seguir este cambio.
La subdirectora de la Oficina española de cambio climático, Concepción Martínez, indicó ya a la prensa que España es vulnerable al impacto del cambio climático y notará sus efectos adversos en los recursos hídricos, las costas, la biodiversidad y el ecosistema mediterráneo que, al padecer temperaturas más elevadas, sufrirá con más frecuencia incendios y
olas de calor.
Nos advierte además que el objetivo que se ha marcado la UE es el de no superar los dos grados centígrados, de no ser así, si no se toman medidas, el impacto podría agravarse más.
Ecosistemas como los corales, los polos, la tundra, los bosques boreales o los montes y las regiones mediterráneas se verán inevitablemente afectados, así como los océanos, los ecosistemas marinos en general y los recursos pesqueros. Se augura que el 30% de las especies animales estarán en peligro de extinción si no se detiene el aumento de la temperatura entre 1,5 y 2,5 grados.
Además, uno de los factores que emerge con más fuerza en buena parte del mundo pero sobre todo en la zona del Mediterráneo serán los problemas de agua. La ONU calcula que para finales de siglo los problemas de abastecimiento de agua en Europa podrán afectar a unos 50 millones de personas y buena parte de esos problemas se producirán en las cuencas del sur, este y centro de Europa.
En fin, se dibuja un panorama en el que no se deja lugar a dudas sobre los efectos del cambio climático y sus amplios efectos en el ser humano, los ecosistemas y los recursos hídricos, efectos que no harán más que agravarse a menos que se detenga el aumento de la temperatura del planeta.